El mercado y las guerras
La invasión rusa a Ucrania tiene a todo el mundo conmocionado. Putin inició una campaña militar que ya hace lamentar múltiples bajas (incluyendo civiles) y que, por ahora, no parece tener una salida clara. La OTAN ha respondido sancionando a Rusia: limitando el acceso al crédito, congelando activos y cuentas bancarias y restringiendo las exportaciones, entre otras.
Hemos visto caídas en las bolsas, un aumento de la volatilidad y revalorización de los activos refugio en general. ¿Qué podemos esperar de los mercados en estos momentos de conflicto geopolítico?
Al revisar la historia, vemos que la evidencia no es concluyente. En la Primera Guerra Mundial, la bolsa en EE.UU. cayó 30% en los 6 meses posteriores al inicio del conflicto. Sin embargo, en el periodo 1914-1918 promedió un alza de 8.7% por año, en línea con el retorno de largo plazo. Por otra parte, cuando Hitler invadió Polonia para la Segunda Guerra Mundial, el índice accionario norteamericano marcó un alza de 10%. Entre 1939 y 1945 la rentabilidad superó el 7%, sólo algo menor al retorno estructural para esa clase de activo. No obstante, también hay ejemplos de efectos negativos de corto plazo como la Guerra del Golfo (-13%) y el ataque a las Torres Gemelas (-15%).
Los activos de riesgo sufren pérdidas en momentos de incertidumbre y no sabemos con certeza qué ocurrirá en este conflicto. Sin embargo, el futuro es impredecible, el mercado es frío y siempre mira un paso más adelante. La mejor decisión es mantener un portafolio diversificado y evitar hacer cambios violentos en la política de inversión en medio de la turbulencia.
Esta columna fue publicada originalmente en el diario La Segunda el 3-Marzo-2022 [LINK]