En el mercado tradicionalmente se definen, a nivel simplificado, dos tipos de inversionistas: los profesionales (gestores de fondos, instituciones, etc.) y los individuales o retail; plata “inteligente” y “tonta” respectivamente.
Sin embargo, hay señales de que esta definición podría estar quedando obsoleta. Tarifas, geopolítica, apagón del gobierno, correcciones de dos dígitos y potenciales burbujas, entre otros han sido pruebas importantes para los actores del mercado en los últimos años.
Ante estos eventos de stress, debería ser la “plata inteligente” quien capitaliza estas oportunidades, invirtiendo con disciplina, para el largo plazo. Sin embargo, en abril de este año (en el contexto del “Día de la Liberación”) según datos de JP Morgan, fueron los inversionistas retail los que presentaron récord históricos de flujos de compra (más de US$ 40 billions) al mercado. En la mitad de una corrección superior al 20%, la “plata tonta” dio una lección de sangre fría y disciplina financiera.
En paralelo, los gestores profesionales se mostraban más preocupados que para el 2008 y Covid según las encuestas de mercado.
Todavía existen inversionistas retail que abusan del apalancamiento, hacen trading de corto plazo y mantienen otras malas prácticas en la gestión de su patrimonio. Dicho esto, la masificación de la educación financiera, la mejora en el acceso a instrumentos indexados de alta diversificación y bajo costo, por sólo nombrar algunos factores, han permitido que hoy tengamos una nueva “plata inteligente”.
Publicación original en La Segunda el 09/10/2025
